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Centrifugado: ¿En qué consiste?

El centrifugado es una variante del proceso estándar de galvanizado por inmersión, diseñada específicamente para piezas pequeñas o especiales debido a las dificultades que presenta su manipulación y a la variabilidad en la calidad superficial obtenida. Para superar estos desafíos, en lugar de colgar las piezas en ganchos, se colocan en cestas metálicas que son sumergidas en el baño de zinc. Después de la inmersión, se someten a un proceso de centrifugado que elimina el exceso de zinc, asegurando un espesor uniforme y un acabado más homogéneo. En ciertos casos, se ajustan parámetros como la temperatura del baño o el sistema de enfriamiento para optimizar los resultados.

Fases del proceso

  • Recepción del material, inspección y descarga: Se identifica y verifica si el material es adecuado para el galvanizado. Tras la revisión, se procede a la descarga.
  • Preparación: Se colocan las piezas en contenedores apropiados, lo que facilita su transporte a lo largo del proceso.
  • Desengrase: Esta etapa elimina las sustancias residuales de la superficie de las piezas, originadas durante su fabricación.
  • Decapado: Se retira el óxido presente en la superficie del material tratado.

Galvanizado por inmersión en caliente: Procedimiento

Etapas iniciales:

  1. Amarre: Colocación del material para su manipulación.
  2. Desengrase: Limpieza inicial.
  3. Decapado: Eliminación de óxidos.
  4. Enjuague: Lavado para eliminar residuos del decapado.
  5. Fundente: Facilita la adhesión del zinc.

Etapas finales:

  • Fluxado: Activa la superficie metálica, favoreciendo la interacción entre el zinc y el metal base.
  • Secado: Precalentamiento del material en un túnel de secado antes de la galvanización.
  • Galvanización: Las piezas se sumergen en un baño de zinc a temperaturas entre 450°C y 550°C, dependiendo de la geometría de las piezas. El zinc reacciona con el hierro o acero, formando aleaciones de zinc-hierro.
  • Centrifugado: Elimina el zinc sobrante de la superficie de las piezas.
  • Enfriamiento: Controla la temperatura del material y lo prepara para el transporte.
  • Identificación, inspección final y carga: Se verifica la calidad del material tratado. Tras superar los controles, queda listo para su retiro.

Ventajas del galvanizado por inmersión en caliente:

  • Durabilidad: Proporciona entre 15 y 60 años de vida útil para estructuras de acero.
  • Doble protección: Ofrece protección tanto de barrera como catódica.
  • Recubrimiento resistente: Alta resistencia a impactos y abrasión.
  • Económico: La inversión inicial es comparable a la pintura, pero sin costos adicionales de mantenimiento.
  • Confiabilidad: Cumple con las normas nacionales NTC 3320 y 2076, equivalentes a las normas internacionales ASTM A-123 y ASTM A-153.
  • Cobertura completa: Protege bordes, esquinas y el interior de tuberías gracias a su unión metalúrgica.
  • Versatilidad: Aplicable en puertos, edificaciones, estructuras industriales, entre otros.
  • Mantenimiento mínimo: No requiere mantenimiento durante su vida útil.
  • Facilidad para pintar: Garantiza una vida útil prolongada, entre 15 y 60 años, en estructuras de acero.

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